El futuro llegó hace rato

La perspectiva de género se sigue abriendo camino y el Estado se está quedando atrás.

Muchos países del mundo están avanzando de manera constante en una concepción de sus sociedades por fuera del binarismo de género. Argentina dio grandes pasos respecto al derecho de identidad de género, sin embargo, aún resta saldar muchos desafíos pendientes. Hoy próximos al día internacional de la visibilidad no binaria, existen iniciativas legislativas superadoras sobre las que necesitamos garantizar su debate para poder caminar hacia una Argentina verdaderamente igualitaria.

Romper las normas de género
Romper las normas de género

AUTOR:  JOAQUÍN VILLA (*)

Luego de algunos importantes hitos, como la ESI, la ley de identidad de género, el movimiento #NiUnaMenos, la media sanción de la IVE y la “Ley Micaela”, hemos avanzado como sociedad en el conocimiento y entendimiento del “género”. Aprendimos a complejizar nuestra forma de comunicarnos cuando nos referirnos a diferentes personas e identidades. La mediatización de los casos de violencia de género, y el impulso de las organizaciones sociales, hicieron que el Estado “tomara el guante” y abordara las cuestiones de género. 

Ver -cada vez más- denuncias sobre crímenes de odio hacia personas de diferentes orientaciones sexuales en redes sociales; y escuchar en los noticieros explicaciones sobre las “personas con vulva” -durante el debate sobre el IVE-, son una muestra clara de que nuestra realidad es más diversa de lo que se piensa.  Asimismo, el género como categoría de análisis, se instaló necesariamente en el día a día de la sociedad. 

Todo esto concluye en la importancia de que las políticas públicas apunten a incorporar el reconocimiento e inclusión de los sectores históricamente excluidos.

MICRO-FORMACIÓN PARA ENTENDER DE QUÉ HABLAMOS.

Antes de profundizar en cualquier análisis es siempre importante poder definir conceptualmente todas aquellas palabras que muchas veces escuchamos o leemos en sentidos confusos y hasta contradictorios. ¿Que es el “género”? Cuando hablamos de género nos referimos a la construcción social de la diferencia entre las dimensiones culturales, psicológicas y biológicas (sexuales, cromosómica y genital) de las personas. Determina qué se espera y qué se valora en cada persona. 

No es lo mismo que el “sexo”. El “sexo biológico” es la categoría asignada en el nacimiento de las personas, y se refiere a las características (biológicas, anatómicas y fisiológicas) que diferencian al macho de la hembra, en la especie humana. Aquí la justificación se da en el sentido de distinguir la diferencia evidente entre los genitales, las particularidades endocrinas y la función de la procreación. 

A la diferencia entre género y sexo la estudia la “Teoría del Género”. A partir de aquí se necesita mencionar también a la “identidad de género” como la construcción personal del ser; a la “expresión de género” como el modo de expresar la identidad construida; y al “rol de género” como las expectativas de los comportamientos asociados al sexo biológico.

Por último, la “Igualdad de género” se refiere a la igualdad entre las personas , cualquiera sea su género, respecto de derechos, responsabilidades y oportunidades. Implica, en conclusión,  que se tenga en cuenta el reconocimiento de la diversidad.

LA ARGENTINA DEL SIGLO XXI EXIGE NO HACER MÁS LA VISTA GORDA

Poder incorporar la teoría de género en las decisiones gubernamentales que rigen la vida en sociedad es la principal preocupaciones de quienes pretendemos una sociedad más justa e inclusiva. Nuestro país avanza normativamente a gran escala, a diferencia de nuestros países vecinos. Desde el Matrimonio Igualitario en adelante, tenemos leyes nacionales que son un gran faro en la región y que saldan enormes deudas institucionales.

Sin embargo no es equitativo el abordaje del género desde la sociedad, que desde el Estado. Los diferentes movimientos feministas por los derechos de las mujeres, como los de la población LGBT+, dan cuenta de una enorme conquista en el boca a boca. 

A pesar de esto, desde las instituciones del Estado se demora en incorporar estos avances. Inclusive desde cuestiones que significan pequeños cambios burocráticos, pero enormes transformaciones simbólicas en el reconocimiento de derechos antes negados. Un ejemplo de ello es la negativa a implementar el uso de un lenguaje no sexista por parte de las comunicaciones oficiales del Estado. No se trata de un capricho (ni de esperar justificaciones de Instituciones extranjeras) sino que se trata de poder incorporar a las diversidades incluso desde el lenguaje -casi inmutable- que nos enseñan desde la infancia. 

Otra enorme deuda es la necesidad de salir de la concepción binaria del sexo y del género, tan neciamente naturalizada. No todas las personas se identifican como “varón o mujer”, o como “masculino o femenino” necesariamente. No permitir la diferenciación fuera del binarismo es ocultar realidades. Hoy el Estado Nacional no toma como criterio la inclusión de las otras identidades que también habitan el país. Entendiendo que la ley de Identidad de género, consagró (entre otros derechos) la posibilidad de contar con cambio registral del nombre de la persona que se autopercibe de un género diferente al consagrado en su DNI, aún resta avanzar también en el reconocimiento de su identidad de género como parte integrante de la documentación oficial, en el caso de las personas que lo creen necesario.

Humano normas de género
Humano // normas de género

QUE NO SE QUEDE MI CONGRESO DORMIDO

Hace pocos días la diputada nacional Josefina Mendoza, volvió a insistir en la Camara de Diputados con la iniciativa de “Incorporación de una tercera opción en la categoría sexo/género de los DNI”. ¿Que implica este proyecto de ley? Aquí se asume la posibilidad de romper con el binarismo registral y poder dar la posibilidad de incorporar las diferentes identidades de género al documento que “legaliza nuestra existencia”. Si bien menciona los conceptos sexo y género como la misma categoría, lo hace solo entendiendo que en algunas normas y formularios alusivos, se  habla indistintamente de uno o del otro para la misma categoría

La estrategia asumida aquí va por el lado de obligar a la autoridad administrativa nacional (RENAPER como la única autoridad obligada a la emisión de los DNI), a cambiar el registro personal y en consecuencia re-emitir la documentación. De esta forma no hay necesidad de solicitar la adhesión de las provincias, ya que no implica modificación de las partidas de nacimiento.

En principio aplica sólo para DNI (como documento que acredita la identidad en todo el país) y no en el pasaporte (como documento que acredita identidad en el exterior), entendiendo la complejidad de las normas internacionales de reconocimiento de documentación oficial.

El proyecto no especifica cuál será la leyenda que llevará el DNI de la persona que solicite la incorporación de su género (distinto al binario). Señala que el RENAPER, como autoridad de aplicación de esta norma, establecerá la palabra que dé cuenta de todas las otras identidades de género que están por fuera de la concepción binaria.

Asimismo el proyecto avanza sobre otra deuda. Modifica la ley nacional “de DNI”, incorporando la obligatoriedad de consignar la categoría género (que antes no estaba) pero de forma amplia, incorporando como respuesta las opciones binarias y las no binarias, como un todo.

EL MUNDO CAMINA EN ÉSTA MISMA RUTA

Desde hace unos pocos años atrás, varios Estados del mundo avanzaron en legislaciones que involucran superar el binarismo en la identificación de las personas. Con similares estrategias, como la de incorporar una tercera opción, o con la de directamente eliminar la categoría en los documentos.  Alemania aprobó la introducción de un “tercer género” sumándose a Australia, Nepal, Dinamarca, Malta, Nueva Zelanda, Pakistán y algunos estados de los Estados Unidos.

En el caso de Canadá, se receptó la posibilidad de un tercer género e implementó la inscripción de una «X» en los documentos personales. Asimismo, permite una observación que se añade a los pasaportes pero aquí no cambia la inscripción de «M» o «F» (como un género originario), para cumplir con los requisitos del derecho internacional.

En cambio, recientemente Holanda dio a conocer directamente la eliminación de la categoría “sexo” en la documentación personal, pero mantiene similar disposición que Canadá en cuanto a los pasaportes. 

Los requisitos para el reconocimiento internacional de la documentación personal están determinados por los estándares de OASIS aprobados por la ONU, estableciendo así un rango de credibilidad en la comunidad internacional. 

OTRAS OPCIONES VÁLIDAS PERO CON OTRA PERTINENCIA

En el debate mediático sobre el proyecto de la dip. Mendoza, se traslucío otra opción alternativa que involucra la eliminación total del registro del “sexo” o “genero” como categoria de identificación en los registros. Se fundamenta en la poca necesidad práctica de diferenciar esta categoría en los documentos de las personas.

Sin embargo, considero que está otra opción puede no siempre hacer justicia. Ya que la construcción de una identidad de género es un enorme proceso de complejidades por el que atraviesan las personas destinatarias de esta política. Por lo que me parece mucho más positivo que se pueda visibilizar en los DNI la identidad de género construida por cada persona -fuera del binarismo- consagrar su lucha y ser reconocida legalmente. “Hay que asumir que existe un tercer espacio, sin encajonarlo”, dijo la antropóloga y activista muxe Amaranta Gómez Regalado, en el juicio histórico por el travesticidio de Diana Sacayan. 

A nivel regional, debemos tener en cuenta que el DNI argentino funciona como “pasaporte” que acredita identidad en los países miembros del Mercosur. Por lo que alguna modificación del documento, fuera del marco de acuerdos consagrados, puede traer consecuencias negativas según la regulación regional. Sin perjuicio de esto, puede subsistir la opción de no consignar el sexo ni el género en los documentos nacionales (a elección), pero sí en los registros y pasaportes.

Sin importar cual sea la opción final para los DNI, los desafíos pendientes para romper con el binarismo son muchos. Bienvenido sea el debate, las ideas y las iniciativas. Pero por sobre todo, apostemos al consenso como forma superadora de construcción de una sociedad más igualitaria.


(*) 🇦🇷 Abogado (UNC). Maestrando en Políticas Públicas (UA). Asesor Legislativo (HCDN). Miembro de la Fundación Haciendo. @joacovilla_

 

Fundación HACIENDO no se hace responsable de las opiniones vertidas por los autores en las publicaciones de la página web de la Fundación. Creemos en la libertad de expresión y en el debate como camino al consenso de ideas para mejorar la sociedad.

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